Paraíso e infierno

la idea de paraíso como de infierno tiene su origen en las leyendas de la Arabia preislámica.

El paraíso es un lugar lleno de bellas huríes (jóvenes vírgenes), de ojos azules y cabellos negros, que aunque hagan el amor nunca perderán la virginidad.

Junto a ellas hay grandes ríos de vino.

Esta idea no estaba en mente de Muhammad, ya que aconsejó a sus fieles que no bebieran líquidos alcohólicos.

La idea de las huríes ha servido para sugerir que el cielo sólo está preparado para los varones y no para las mujeres, por lo que se ha pretendido dejar a la mujer musulmana en un segundo plano.

Pero ésta idea tampoco procedía de Muhammad, ya que a su muerte le dijo a su hija Fátima que la vería en el paraíso.

Esta leyenda fue fomentada por los fanáticos maestros  musulmanes (ayat-Allah) para exhortar a sus discípulos a que fueran a guerra santa.

El infierno árabe es parecido al infierno de la mitología  cristiana.

 Es un lugar de tormento eterno con fuego.

La carne de los condenados se regenera allí para que el tormento sea mayor.

Las almas se quemarán como la madera y los condenados beberán pus.

La idea de infierno también esta plagada de leyendas.